¿Cómo venzo mis miedos?

¡Holaaaa queridos lectores!

Como todas las semanas espero que se encuentren de maravilla y que hayan iniciado la semana con toda la actitud.

En septiembre del año pasado tuve la oportunidad de hacer una estancia de investigación en la Universidad Autónoma de Madrid y debo de confesarles que fue una de las experiencias más increíbles que he tenido en mi vida. Fue así por el simple hecho de conocer otros países y otras personas pero, también fue súper increíble por todo lo que pude aprender académicamente hablando. En dicha estancia tuve la oportunidad de asistir a un congreso internacional de psicología y también tuve la oportunidad de tomar clases con una Doctora muy reconocida, la Doctora María de Xesús Froxán Parga.

Recuerdo que un día llegué a una de sus clases y me comentó que en dicha clase les enseñaría a sus alumnos una técnica conductual y que para ello llevaría a la clase una araña, sí leyeron bien, UNA ARAÑA. En cuanto la doctora me comentó esto mi primer comentario fue "Ay Doctora, a mí me dan mucho miedo las arañas" y pues bueno, gran "error" mío porque lo que me dijo a continuación fue "¡Perfecto! me acabas de hacer el día, serás perfecta para la demostración de la clase de hoy" Y pues bueno amigos, aquí comienza la historia de terror.

Resulta que la Doctora les enseñaría a sus alumnos la técnica de exposición o mejor conocida como técnica implosiva. Esta técnica es utilizada en la terapia conductual y se emplea principalmente para la reducción de la "ansiedad" y también para la eliminación de las fobias.

Para llevar a cabo dicha técnica lo que se hace es exponer al individuo al estímulo temido o a la situación que genera ansiedad por un periodo de tiempo considerable. Es importante recalcar que esta exposición no se hace de manera abrupta, sino que se comienza desde los estímulos o situaciones de ansiedad baja hasta los que generan altos niveles de ansiedad y para pasar de una situación o de un estímulo a otro es necesario que ante el estímulo anterior la ansiedad haya disminuido considerablemente.

Y pues bueno, obviamente esto fue una historia de terror para mí porque ¡UNO DE MIS MAYORES MIEDOS SON LAS ARAÑAS!

Iniciando la clase, nos pidió a unas compañeras y a mí que pasáramos al frente del salón y como lo mencioné, nos expuso gradualmente al estímulo que nos generaba ansiedad y miedo, la araña. Primero observamos el recipiente donde estaba la araña, una vez que nos sentimos más tranquilas o menos ansiosas (entendiendo esto como la disminución de taquicardia, disminución de sudoración en las manos, etc.) nos pidió que pasáramos a la siguiente situación y así continuamente hasta que pudimos observar la araña frente a frente e interactuar con ella, es decir pudimos observar sus patitas, cuantos ojos tenía, pudimos observar los pelitos de su cuerpo y hasta pudimos describir con lujo de detalle los colores que componían su cuerpo y todo esto sin sentir ansiedad o miedo.

Claro que el proceso no es fácil, durante cada una de las etapas de la exposición sentimos muchísima ansiedad, temblábamos, sudábamos e incluso hasta lloramos.

Si sentimos todo esto durante el proceso ¿Qué es lo que explica que la ansiedad haya disminuido hacia el final de la exposición?

Como mencioné al inicio de la publicación, esta técnica parte de la teoría conductual, por lo tanto esta técnica explicaría que la mayoría de los miedos que tenemos en nuestro día a día y las situaciones que nos generan ansiedad tienen esos efectos en nosotros debido a la historia que tenemos con dichos estímulos o dichas situaciones, es decir en algún momento aprendimos que esas situaciones o esas cosas traen consecuencias aversivas para nosotros. Posiblemente lo que muchas veces hacemos es evitar o escapar de dichas situaciones o de dichos estímulos; esto lo único que genera es reforzar nuestra conducta de ansiedad o de miedo y realmente no estamos solucionando el problema de fondo.

Por lo tanto en la técnica de exposición se pone en contacto directo con el estímulo esto con el objetivo de que la persona que tiene dicho miedo aprenda que dicha situación no necesariamente genera consecuencias aversivas y que mediante la exposición sus niveles de ansiedad disminuirán.

Es decir, yo siempre asociaba las arañas con situaciones aversivas ya que mi hermana de chiquita me espantaba con ellas. Cuando la Doctora me expuso a una de ellas, obviamente al principio sentí la misma ansiedad y el mismo miedo que cuando mi hermana me espantaba, pero tras una larga exposición a este estímulo pude aprender y asociar a estos animales con situaciones nuevas y pude aprender que las arañas no necesariamente me generaban miedo o ansiedad.

¿Algunas vez han llegado a decir algo como "pues antes me daba miedo, pero lo comencé a hacer y ya después el miedo no existió"? Bueno, pues déjenme decirles que si han llegado a decir eso fueron capaces de exponerse a dicha situación y eso generó que aprendieran a asociar ese acontecimiento o ese estímulo a consecuencias no aversivas y es lo que permitió que su miedo o su ansiedad disminuyera.

Así es que, si estaban pensando hacer algo pero les genera miedo o ansiedad, es claro que se seguirán sintiendo así si no lo hacen o en este caso si no se EXPONEN.

(Respecto al punto anterior, es importante recalcar que si el miedo o la ansiedad es excesivamente alta o simplemente "sentimos" que no podemos lidiar con la situación es importante acudir con un psicólogo ya que al final éste es el experto y su trabajo es saber llevar a cabo la exposición de manera adecuada para conseguir los resultados esperados).

Y pues bueno amigos, si creen que la exposición no es una técnica suficiente para disminuir el miedo o la ansiedad a algo, anexo una foto como evidencia...

Doctora María de Xesús Froxán Parga, la araña y Yo.

Los quiero, Wen.

*Cabe recalcar también que en ningún momento la araña sufrió algún daño*